El laboratorio de realizó el sábado 13 de septiembre en el salón comunal un conjunto residencial facilitado por Leidi, una de las lideresas y participantes activas de la manzana del cuidado de Porvenir. Gracias a la articulación con Marcela, gestora de la manzana del cuidado, pudimos contactar a Leidi y convocar a las demás participantes de los programas de la manzana del cuidado. El taller contó con la participación de varias mujeres cuidadoras convocadas por la manzana del cuidado, cada una de ellas con valiosos conocimientos y memorias de Bogotá. También contamos con la participación de dos integrantes de la huerta Chisas, madre e hijo, trajeron conocimientos y perspectivas numerosas al taller.

Fueron ellas quienes, con sus aportes, experiencias y conocimientos, llenaron de significado y contenido el territorio en el que nos encontrábamos.

Fotos del evento

El Porvenir de Bosa queda en la frontera entre Bogotá y Mosquera, esta frontera no es únicamente política sino que también es natural, su figura tiene la forma del río Bogotá. Unas cuadras después de la manzana del cuidado nos encontramos con el río y sus praderas así como con la fauna y flora oriunda de este sector. Es, también, un barrio con muchos conjuntos, colegios y pastizales e incluso sorpresas cómo un árbol de cacao o una silenciosa lechuza.

El taller inició en el salón comunal en dónde las integrantes escogieron una especie, se presentaron y contaron el motivo por el cual escogieron a la especie. Algunas se sentían identificadas por las características de éstas, otras las escogieron por su importancia para los ecosistemas, otras las escogieron porque quieren aprender más sobre ellas.

Luego, todas con nuestra especie en mente, salimos a caminar por el barrio. Le dimos la vuelta a la manzana, para un total de 410 metros recorridos. En este recorrido caminamos con cautela, prestas a cualquier ruido, olor, obstáculo, planta, animal u objeto que se nos apareciera. Pensamos en lo difícil que es escucharse con tantos carros y lo difícil que es encontrar alimento con tan pocas plantas y animales. Pensamos en el lugar al que llega nuestra basura y en lo cerca que podríamos estar al agua limpia si la ciudad fuera distinta. Pasamos de lo macro a lo micro, del vuelo de un chulo al entorno de un microorganismo y de la importancia de la diversidad para evitar los riesgos de plagas y enfermedades. También nos preocupamos por los modelos de gobernanza en una ciudad llena de rejas en la que lo privado solo es de alguien y lo público no es de nadie. Pensamos en la versatilidad de las abejas para cruzar rejas y fronteras para encontrar una flor.

Todas nos contamos algo, un recuerdo de Bogotá antes o un conocimiento sobre una planta nativa. La integrante de la huerta Chisas nos enseñó sobre buenas prácticas, manejo de residuos y biodiversidad urbana. 

FOTO MAPA HECHO EN EL TALLER)

Volvimos al salón comunal en dónde pudimos cartografiar lo que identificamos por cada especie. Pensamos en baños públicos, basura contaminada y ausencia de recursos para la vida sana. Luego, mientras compartimos unas deliciosas empanadas preparadas por Leidi, pensamos en soluciones a estos problemas, pensamos en una ciudad biodiversa y equitativa, en la que los barrios de la periferia tienen acceso a una vida saludable, una movilidad digna y un espacio público de calidad con enfoque comunitario.

POST ITS DEL MAPA REAL

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El taller terminó como el inicio de un posible camino. Se propuso continuar el juego y el mapeo en recorridos por lugares aledaños al barrio, por la ronda del río Bogotá, por la huerta Chisas. Las cuidadoras agradecieron el espacio y disfrutaron las conversaciones esperando que los tomadores de decisiones escuchen todas estas voces.